lunes, 23 de julio de 2007

A MI MADRE QUE PARTIÓ

Gracias mamá, gracias por acompañarme todos estos años de mi vida, gracias por permitir y por querer que yo te acompañe también todos estos años.
Gracias por compartir mis sueños, mis proyectos, mis penas, mis lágrimas.
Tuve la dicha de poder compartir también tus sueños, tus proyectos, tus penas, tus lágrimas.
¡Cuánto hemos conversado mamá cuánto!
Los días se nos hacen cortos siempre para contarnos nuestras anécdotas, nuestras risas, nuestra filosofía de la vida y de la muerte.
Y tú siempre a mi lado.
Disfruté de tu hermosa sonrisa, disfruté de todo.
Me decías: “Yván puedo estar triste, pero igual me gusta cantar. Tengo una confianza en Dios! Él siempre ha estado conmigo, siempre”.
Con palabras no puedo decirte lo que siento mamá. Sólo sé que me quemas aquí en el pecho. Todo esto va más allá de las palabras.
El amor va más allá de las palabras.
Sé ahora, más que nunca que el amor de una madre es el más cercano al amor de Dios.
Gracias por ese amor incondicional y eterno, sin principio ni fin.
Cuando quizá anduve triste por esos golpecillos de la vida, SIEMPRE estaba tu voz diciéndome “qué importa si el mundo no te ama, Dios te ama”.
Y una vez te dije, recuerdo, “una madre no debería morir nunca” y tú me dijiste “una madre nunca muere Yván, nunca muere”.
Y ahora sé que es cierto.
Si algún día vuelvo a nacer quiero que sigas siendo mi madre.
¡¡Ganaste mamá!! Ganaste. A despecho de todo: tú y yo sabemos que al final ganaste.
Mi amiga, mi compañera, mi cómplice, mi mejor herencia ¡ganaste!
¡Que Dios te bendiga!
Yván

lunes, 16 de julio de 2007

Escribo para no morir
o quizá por lo contrario
para olvidar que estoy vivo

Reina Madre


MADRE

Doña Zoila Flor del Río.
No hay otra Zoila Flor decías.
Éste es un pequeño homenaje a mi amiga, mi cómplice, mi compañera, mi MADRE, todo eso en una única bendición de mujer.
GRACIAS por hacerme tu hijo.
Mi mejor herencia es tu amor.
Nuestras conversaciones hasta las amanecidas continúan siempre... para SIEMPRE.
Te amo.
Yván